Grito desesperado.

Más de una vez quisiera decir lo que acontece, quisiera abrir la boca y que las palabras salieran como moscas en la putrefacción, como lo hacen en las películas, me imagino langostas, mejor dicho, saliendo disparatadamente, porque así suele ser lo que digo, suele ser como una peste iterruptora de tranquilidad, corruptora de sueños, mis palabras aunque suaves suelen derrumbar edificaciones del corazón ajeno.


Suelo equivocarme, y ¿Sabes una cosa? Estoy cansada de equivocarme.


Me he cansado ya de lastimar, así que bueno... Ahora no sé ni por dónde empezar. Ya no es suficiente con guardarlo en mi mente, pero ¿Plasmarlo? ¿Cómo puedo hacerlo? Si permanece el miedo constante de que alguien me reconozca, que reconozca mis garabatos y mis destructivos enredos, y es que aunque la simbología electrónica se lee de igual manera, no deja de ser el mismo garabato mental y emocional de siempre. Me aterran aquellos ojos detectives psicoterapeutas que decidan analizarme, o peor aún, decidan encontrarme, o peor de lo peor aún que les resulte familiar y tenga que verlos a la hora de la cena.


Quisiera que mis palabras fueran música, no una invasora plaga.


Quisiera que edificaran, no que derrumbaran, y lo peor de todo es que quisiera yo sentirme aliviada al hablar, pero suele pasarme que aunque piense que así será, la verdad es que no.


La verdad es que pueda que me sienta mal y después de hablar, la trayectoria histórica lo sabe, y ha sido mucho peor.


Porque entonces comienzo a sacar lo mejor de mí consumiéndose por lo peor, entonces pierdo batallas y debo enfrentar a mi estúpida decisión de autonvencerme.


Entonces ni siquiera sé quién soy.


Entonces me pierdo, porque la falsedad suele ser lo único que tengo.


La máscara, y aquella sonrisa sarcástica asomándose tratando de rescatarme pues aunque ácida y oscura suele ser de lo poco real, como lo es tomarte de la mano.


Como lo es invitarte a leer mi mirada cientos de veces, como lo es abrazarte cuando la luz se ha extinguido y lo es soñarte cuando te has ido.







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