La gente, la vida y sus cosas..

Que ganas de desenmascararte... De acabar aquella falsedad y destruir tu impecable reputación, que ganas de limpiar mi nombre mientras ahora ensucio el tuyo. Desmentir todas tus negaciones, tus "nada que ver" con todas tus culpables confesiones. Que ganas de escribir un libro con lujos de detalle... ¿Sabes lo entretenido que sería? ¿Sabes a quién llegarían los primeros ejemplares? Que ganas de descubrir todos tus trucos y alardear de tu actuación. Que ganas de decir la verdad... Si tan sólo en el fondo dejaras de importarme...  Pero ese día llegará, y teme entonces de la ligereza de mi conciencia. Teme de que llegue el día en que jamás vuelva a responder todas tus insensatas preguntas, y del día en que me busques como siempre y jamás vuelvas a encontrarme.Que ganas de desenmascararte... De acabar aquella falsedad y destruir tu impecable reputación, que ganas de limpiar mi nombre mientras ahora ensucio el tuyo. Desmentir todas tus negaciones, tus "nada que

Ahí està la misma vida, pero en otros colores, unos màs brillantes que los que solìa tener, ahí està la misma noche, la misma luna, pero su reflejo sobre el mar es màs bello que nunca antes, entonces las estrellas se estampan sobre el cielo de una manera particular, porque ya lo estaban, pero es hasta  entonces que conocì la perfección que encierra la definición de manto estelar. Han pasado bastantes años desde que algo extraño encontrè en mì, desde aquella noche en que mirando hacia el techo me sentí culpable y con una especie de culpa abrumadora, una mezcla de suciedad, de asco hacia mi persona, un miedo absoluto, una confusión que parecía encerrada en un laberinto sin salida, recuerdo que me sentía fatal, pero en el fondo existía una chispa mágica, casi invisible ante todo lo demás, que me resultaba bastante aterrador. Recuerdo claramente que deseaba morir, y a la vez no dejar de sentir. Recuerdo ese miedo recorrer desde mi nuca hasta la punta de los pies. Entonces los

Entonces te abracé bajo la lluvia, te tomé de la mano y corrimos juntos bajo el golpeteo de aquellas pesadas gotas, aún recuerdo la nítida sensación de mis dedos resbalarse entre los tuyos y aquella canción al fondo parecía escucharse en toda la ciudad, las luces artificiales, absurdamente, parecían haber cobrado fuerza junto con la tormenta, ahora eran mucho más brillantes, el suelo parecía jugarnos una broma, y todo aquel momento parecía tener deseo de juntarnos. Entonces la lluvia cesó mientras podía escuchar cada emulado latido de mi corazón... No pude soportar más, así que tomé tu rostro de esa manera que tanto te encanta, así que sostuve fuerte entre tu mandíbula y a su vez acariciaba tu cuello con mis delgados y temblorosos dedos... Nuestra respiración tan agitada casi lograba conseguir el mismo ritmo... Así es como supe que tenía que hacerlo y hacerlo rápido, tenía que sentirte de una vez y sin pausa alguna, sin retroceder, tenía que aferrarme a tus labios como si nunca más pu

Entre excitante y repulsivo, así lograba verte bajo el efecto de aquellas resplandecientes luces. Evasiva a mi consciencia, dejándome llevar por el camino de ese helado sudor por las veredas de nuestros cuerpos. La música cada vez nos envolvía más, nos derretíamos lentamente entre nosotras, podía sentir tus manos desesperadas por entrar bajo mi blusa, mientras que tu rodilla intentaba escalar y encontrar algo entre mis piernas. La noche parecía eterna, tus labios se seducían vulgarmente entre ellos mismos, te mordisqueabas a ti misma mientras yo esperaba celosa te mudaras a mis senos. Recuerdo que nos colábamos entre todas aquellas manos, entre todas aquellas caras, entre todos aquellos movimientos, entre todos aquellos deseos... Parecía que toda aquella excitación concentrada nos hacía cada vez más fuertes, más atrevidas, más liberales, más sensuales. Aprovechando cada falso movimiento para disimuladamente acariciar tus nalgas, bajo absurdos pretextos y promiscuas sonrisa