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Mostrando entradas de noviembre, 2011

El circo de las monstruosidades.

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El atractivo favorito de Mariel tras sus pupilas dilatadas y fuertes risas perturbadores en su cabeza.. Los colores eran sólidos y fuertes contrastes existían en aquel lugar, paredes amarillas y negras con rojo salpicado como sangre desparramada sobre ellas, las risas eran macabras y sonoras, parecían acercarse al ritmo y dirección de su mirada. Eran sus brazos como enormes ligas capaces de alcanzar lo que deseara, y sus piernas enclenques y frágiles como deshuesadas; su cuerpo y su corazón no latía de una manera humana, saltaba al punto de salirse y se notaba entre su ropa. El circo de las montuosidades carecía de humanos sin mutaciones genéticas y el techo tenía ángeles  macabros, con colmillos carcomidos, ángeles parlantes que le hablaban a Mariel. Afuera era también bastante tenebroso, se escuchaba la fuerte lluvia y el sonido de soldados marchando como buscándola con armas torturantes y desgarradoras. La entrada se encontraba entre un pasillo de penumbra y cuerpos jóvenes

Nocturnas confesiones.

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  Ese grupo de mujeres tan ansiosas porque dieran las siete en el reloj, no era la cena, el té, o las salidas de sus maridos lo que ellas esperaban, era la hora en que al fin pondrían en práctica sus lecciones de las cuatro, y es que mientras sus hijos jugaban en el parque de enfrente, hacían sus tareas o se entretenían en sus computadoras; ellas se reunían a platicar sobre los resultados de la tarde anterior, reuniones extendidas cuando se dedicaban a verificar los resultados que obtenían por las noches. Mujeres entre treinta y cuarenta años cansadas de ser comparadas con jovencitas de veinte, o cansadas de escuchar a sus maridos hablar sobre escenas del pasado o sobre sus cuerpos y la manera en que lucían sus vestidos la noche de bodas. Como en todo grupo habían algunos personajes clásicos que no podían faltar, era María la típica mujer conservadora hasta en el nombre que había sido “obligada” a asistir a la hora del desahogo por Paty, la liberal madre soltera de su pequ