¿Será esto el amor?
Quisiera encontrar una manera adecuada de comenzar mis escritos, pues a menudo no me siento calificada para hacerlo. Es como si quisiera hablar de todo y al mismo tiempo, quisiera proyectarlo justo como la explosión que siento, que viene a mi cabeza, que no se visualiza, no se imagina, sólo son mis sentidos disparatados tratando de formar una imagen.
Pero comenzaré por lo que viene ahora mismo a mi cabeza. Hace días que traigo en mente (como suelo anticipar mis publicaciones en Facebook) una pregunta latente y recurrente "¿Y esto es el amor?". Ni siquiera entiendo por qué comenzar con una articulación, pero es así. Quizás porque antes de preguntármelo ha sucedido algo, creo que sí. De hecho van varias cosas sucediendo. Me lo pregunto retóricamente al verte por las mañanas de cara lavada sobre la cama, cuando una de mis piernas está acalambrada bajo alguna parte de tu cuerpo.
Cuando te veo en problemas y sólo deseo tener la inteligencia necesaria para resolverlos y verte sonreír alegremente sin preocupaciones. Cuando quiero encontrar una respuesta mientras vemos el televisor, y que nunca sospeches que estoy buscando.
Me pregunto si esto es el amor cada que manejo camino a casa intentando pensar fuera de la caja, en cómo resolverlo juntas o cómo resolverlo por mi cuenta para que ni siquiera tengas que esforzarte en ello, pensando por lo general, que ya te esfuerzas demasiado.
Sí. Como dije antes, me pregunto si es amor cuando muero por contarte algo y al fin estás ahí, a mi lado viéndome a los ojos mientras éstos se te van cerrando poco a poco y tú sabiendo que esperé todo el día te esfuerzas en abrirlos pero su órbita te traiciona, tu cabeza se balancea e intentas ocultarlo y repites las últimas palabras de algunas de mis frases... Yo, sólo te veo, te arropo... Beso tu frente e intento no perturbar más tu descanso, te dejo dormir hablándote al oído, repitiéndote que te amo en un montón de formas diferentes. Parafraseando una y otra vez ese sentimiento que deseo quede grabado en tu memoria y en tu alma para siempre.
¿Sabes qué es increíble? Que aún dormida siempre asientes con la cabeza y pareces mover un poco los labios, mi mente ya ha trazado y reproducido una y otra vez que me respondes que tú también me amas a mi.
Algunas veces pareces tener pesadillas y cuando yo no puedo dormir, regularmente me encuentro leyendo un libro, giro la cabeza, acaricio tu oreja izquierda, al ser mi favorita, y te susurro que todo está bien y que estoy ahí contigo. Asientes con la cabeza, como si tu mente estuviera conectada a la mía, como si mi voz fuera el interruptor de una parte de tu conciencia. Nada más te despierta, suelen sonar las alarmas repetidamente por las mañanas sin lograrlo, pero mi voz lo logra. ¿Esto es el amor?
Escuchas mis reseñas desordenadas y guiadas por pura emoción cuando me encuentro leyendo algo nuevo, y no importa si lo entiendes o no, si te gusta o no, sólo lo escuchas atentamente y me motivas a continuar y me preguntas sobre el tema con la misma pasión que te lo comparto. Me atrevo a decir que algunas veces hasta actuando, y no puedo decirte que nada de eso importa, porque en realidad me importa demasiado que aún sin estar interesada o emocionada juegues a que sí por un momento con tal de hacerme feliz. Así como yo busco hacerte feliz cuando me siento a tu lado a ver una serie de televisión y ya me ha aburrido, pero no me aburro de ti y de tu mirada noble y relajada mientras ves hacia el frente pero con un fuerte y asertivo reflejo hacia esos movimientos míos que percibes con tu vista lateral. Hasta que ambas decidimos abrir esa puerta interior y pasamos de la actuación al genuino interés de disfrutar lo que disfruta la otra, o al menos esa genuina curiosidad por saber qué le hace sentir o simplemente deleitarse con esas vistas tan íntimas sobre esa versión desnuda y libre, sin preocuparse por encajar en estereotipos ni expectativas ajenas. Como sea...
Ceder por amor, actuar por amor, ser por amor.
Respiro, suspiro profundo, entrelazo mis dedos y llevo mis nudillos hacia mis labios, parezco observar un punto fijo enfrente o en alto, pero en realidad mientras tomo aire profundamente miro hacia adentro. Hacia esas partes de mi que pudieran arreglar las cosas.
Todo aquello que antes pensé estaba incorrecto. Amarte ha sido una revelación de vida que me ha enseñado a darle sentido. Cuantas veces me encapriché por obtener lo que yo deseaba desde el egoísmo, y creía que ganar era lo correcto. Que se hiciera lo que yo creía que era lo adecuado en un deseo absurdo y fugaz. Cuantas veces pensé que ser deseada por más de una persona y desear a más de una persona era atractivo y emocionante.
Hoy entiendo y respondo a mi pregunta retórica hecha tantas veces que efectivamente, esto es. El amor que se puede desprender de todo lo físico y lo material. El que tiene fe en que todo puede resolverse desde el sentimiento mismo, y es que el amor es la fuerza más poderosa y el propulsor más creativo que existe.
Es entender que nadie nos enseñó y que por nuestros méritos hemos trascendido en esta unión. Que estamos juntas, pero hemos decidido además estar unidas apostando por algo más fuerte que nosotras. Hay momentos en los que no te entiendo pero ya no lucho por hacerlo, para qué desgastarse. Posiblemente nunca lo haré porque hemos llevado vidas y cuerpos diferentes. Pero hay una cosa que sí hago, y es abrir mi corazón y derribar barreras en mi mente. No necesito entenderte, necesito hacerte confiar de manera perpetua en que estoy y estaré ahí, no para juzgarte, sino para que seas quien tú deseas ser, sostenerte fuerte cuando te dé miedo caer, y jalar de ti para levantarte cuando hayas caído.
Estoy aquí para, a tu lado descubrir nuevas maneras que tal vez ni siquiera han sido escritas, de lo que es el amor.
En esto no me he hecho experta y dudo serlo algún día pero sé que he sido valiente y lo has sido tú también. Antes de ti creí que esto era parte del juego quinceañero o por mucho veinteañero y después de estas etapas se volvía algo ridículo y penoso de mostrar. Porque así me educaron, al menos sobre el amor de pareja. Creía firmemente en que a partir de los veinticinco dependía más de la moneda que del corazón. Recuerdo haber escuchado tantas veces ese dicho atolondrado de que "cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana". Y esta frase fue parte de la teoría aprendida en mi juventud.
No los culpo, eran otros tiempos, y no hablo precisamente de mis padres, sino de todo un contexto social... Pero ahora lo que me parece realmente pobre son las personas que se recargan en esta frase para pronto rendirse. No es sólo la pobreza, es la enfermedad, el hambre, el dolor, el fracaso, las perdidas y muchas otras visitas inesperadas que entrarán por la puerta, o se colarán por la ventana mientras la abres de a poco para tomar aire fresco, o incluso cerrada, se meterán entre las orillas. Muchas otras... Y se equivocan, el amor no sale así como así en una simple respuesta mecánica a su llegada. El amor deberemos cuidarlo, abrazarlo, frotarlo para mantenerlo cálido, latente y vivo. Es seguir alimentándolo, y de hecho, mucho más cuando exista alguna de tantas amenazas.
El amor implica renuncias, algunas de ellas dolorosas, pero muchísimas más dichas. Implica entender que nada es tan relevante y tan complicado después de todo, si existe dentro de nuestros corazones. En cualquier lugar, en cualquier momento, el amor salva.
Hace días en medio de una plática me dijiste en tono de juego "vamos a alimentarnos de amor", yo te respondí sin jugar que podríamos hacerlo. Porque el amor lleva fé, y quizás nuestros estómagos se contraerían sin alimento sólido y nuestros cerebros se atrofiarían sin nutrientes, pero el amor nos llevaría a encontrar la manera de no permitir que eso sucediera.
Antes creí amar, pero antes no sabía mucho de qué se trataba. Lo entendí cuando te conocí, y ahora que has dejado de sentirte presionada por impresionarme cada día lo he conocido más... Y me has impresionado más que nunca antes.
Amor es también lo que sientes tú por mí, y esa manera en que confías ciegamente en mis palabras y en el desarrollo de mis proyectos, sólo confías y al principio me resultaba increíble. Ahora me resulta de lo más hermoso...
Esto que estamos viviendo es infinitamente más aislado pero más grande de lo que siempre soñé. Y es hasta el momento lo más bello, sorprendente. De lo más mágico y a su vez estupendamente verdadero que he tenido a mis treinta y seis.
Haber tenido esa suerte de encontrarte en medio de todas aquellas desfavorables circunstancias en el momento más inadecuado fue lo mejor que me pudo haber pasado.
Aquel día en que tu sonrisa se sentía como brisa de verano en el recién llegado otoño.
Comentarios
Publicar un comentario