El deseo de Mabel..

Estaba ocultándose entre la sábanas de sus piernas.. Sus miedos desaparecían al gemido de su contrincante, como luchando por triunfar en deseo, era su poder ejercido.. Mientras un mundo allá fuera se preparaba para lincharla en sus mentes, mientras la discriminaban y torturaban con falsas ideas sobre su pobre realidad, allá donde nadie creía en ella, subestimando sus deseos, al menos uno podía cumplirse tan al pie de la letra, de la manera más exquisita y pasional anhelada en su vida, como un sueño sin dormir..Ella sólo vivía en un mundo sin sus miedos, antes de encontrarla era prisionera del dolor, ahora del placer se ha convertido...

Bebiendo el delicioso vino de su cuerpo semejante al  recién abierto después de un largo tiempo de ser reposado, ese placer le ocasionaba.. verla tan teñida de éxtasis entre ocultos y cada vez más infrahumanos  deseos y explotando casa uno de sus dedos al tocarla.. Era la respiración su instrumento de medición, sentir la vida entre la muerte a la acelerada pulsación de su cuerpo.. Cómo cada que sentía  gritaba y apretaba todo lo que se encontraba a su alrededor sin importarle si destrozaba o alguien lo escuchaba, derramando el vaso sobre la repisa; sabía entonces Mabel que se había convertido en una de sus ardientes, pecadoras y poderosas compañías .. pero víctimas.. Al final de las cuentas eran sus víctimas tan a disposición de lo que sus sentidos le permiten explotar el deseo..

El margen de lo posible hasta llegar a lo irreal, eran todo, hacían todo.. Mientras Mabel las disfrutaba y se las apoderaba una tras otra vez, retorciéndolas y empujándolas hacia ella.. ya no se sabía quien ganaba o perdía pues el placer estaba bajo el control de ella..

Con astucia en sincronía a su pasión recorría lentamente el cuerpo de su víctima, lo contemplaba de manera delicada con la sucia intención de devorarlo, de llenarse de extasiada agonía hasta su garganta; ya no había noche que Mabel no la viera con intención que no fuera estudiarla y encontrar nuevos puntos que al tocarlos se humedeciera tan rápido que ni ella misma sentiría cuantas veces se recorre entre su boca..

Era como transportarla a un oculto y desconocido mundo encantador que sólo podía visitar desnuda entre su boca..

Mabel ya había restado importancia a su rostro al exterior, pues cada una de sus expresiones faciales se habían convertido en antifaces de colores tras la cara que ella realmente conocía, el cúmulo de sus fuerzas y deseos reprimidos, desprendidos y desembocados en su boca, .. sin importar lo que sucediera, un día pesado o amargo, aun muerta de cansancio Mabel le llenaría de fuerzas para luego arrancarselas injustamente como hasta ahora lo había hecho.. convirtiendo en un arma su lengua y devorándola como el hambriento a su primer platillo, suavizando y pasando cada bocado con su exquisito vino..

Dejando un poco a los costados de su lengua y bajo de ella para sumar un poco más de líbido combinado con un oculto lado y anónima perdición.. pretendiendo mantenerla y aumentarla sin mira en detenerse.

Ya sólo bastaba con recordar su existencia para alivianar cuerpo de sus pesadas ropas, ya solo veía la fundición de esa pasión, se estremecía y sudaba con pensarla, se humedecía al escucharla... sus gemidos eran voces torturando los días de la joven hasta su reencuentro con su presa, ahora quién tenía a la otra?, .. Ambas tan perdidas y tan jugadas, tan apostadas y ganadas.. Era ya inevitable la separación, ya nada había más fuerte que la consumación de todos sus deseos, que la sensación de libertad siendo presa y victimaria la una de la otra...

Su lápiz temblaba al escribirlo, sus piernas chocaban y se separaban rápidamente, su respiración entrecortaba su voz, y moría de ganas por sentirla sobre su erizada piel, sus muslos casi humedecían entre calor y burbujeante deseo, cualquier lugar era el propicio, cualquier sitio era ideal para descargar sus ganas sobre la seda de aquella piel que la vestía en sus momentos de locura, sus dedos muriendo por encontrarla y explorarla desde los glúteos hasta  donde su envenenante lengua lo permitiera..

Era esta mujer su único antídoto contra su maliciosa tentación dentro de su húmedo padecimiento.. tan sólo esperaba, ya en nada mas pensaba.. era hora de sentirla, de acabarla  y ser acabada, de terminar enredadas sin distinción del lugar del que partieron, sin fijarse sobre el rumbo que siguieron. sólo su mente en blanco y dos débiles cuerpos desnudos entrelazados..





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