Entradas

¿Será esto el amor?

Imagen
Quisiera encontrar una manera adecuada de comenzar mis escritos, pues a menudo no me siento calificada para hacerlo. Es como si quisiera hablar de todo y al mismo tiempo, quisiera proyectarlo justo como la explosión que siento, que viene a mi cabeza, que no se visualiza, no se imagina, sólo son mis sentidos disparatados tratando de formar una imagen. Pero comenzaré por lo que viene ahora mismo a mi cabeza. Hace días que traigo en mente (como suelo anticipar mis publicaciones en Facebook) una pregunta latente y recurrente "¿Y esto es el amor?". Ni siquiera entiendo por qué comenzar con una articulación, pero es así. Quizás porque antes de preguntármelo ha sucedido algo, creo que sí. De hecho van varias cosas sucediendo. Me lo pregunto retóricamente al verte por las mañanas de cara lavada sobre la cama, cuando una de mis piernas está acalambrada bajo alguna parte de tu cuerpo. Cuando te veo en problemas y sólo deseo tener la inteligencia necesaria para resolverlos y verte sonre...

Fragmento de autodestrucción.

Imagen
¿Estamos en la era de la tecnología? ¿Es tan de la tecnología que poco a poco es menos de nosotros? ¿Aspiramos a la autodestrucción? Parece un círculo vicioso o una extraña paradoja que el ser humano construya tantos artefactos e impulse tanto la industria altamente contaminante mientras a su vez lucha por reducir "al mínimo" este impacto ambiental. No sabré mucho pero mi lógica, aunque posiblemente errada, me lleva a pensar que no tiene sentido esto de generar alto valor al consumismo, creando artículos a una velocidad que no da tiempo de reparación mientras se compromete a plantas árboles que tardarán una vida en crecer. Muchos dirán "pero ya hay otros árboles existentes" pero también están muriendo aceleradamente sacrificando su vida por nosotros. Cambiaré el término "industria" por el de "ser humano" pues constantemente se busca limpiar e incluso victimizar a este último cuando en realidad es el único responsable de lo que sucede. El ser huma...

Miedo

Imagen
Al unísono de mi respiración y el destello de una pequeña vela me he puesto a pensarlo nuevamente... Se habla mucho del miedo a la muerte, pero ¿qué pasa si el miedo es realmente a la vida? A todo aquello que pueda suceder, que nos deje en estado vulnerable, expuesto y permanezca. La permanencia de la vulnerabilidad porque la muerte sucede en un santiamén. Pero la agonía, el dolor, la exposición ante todos esos ojos, ante la frivolidad, el orgullo y la propia soberbia de sentir que somos eternos. Nos dicen que somos polvo de estrellas y parecemos creérnosla. Vemos noticias a diario y sentimos pena si tratan sobre algún cercano, pero muchas otras veces tan sólo fingimos porque trata de personas que no conocemos y si no les conocemos no nos interesa. Si lo vemos mediante el celular, tan sólo "scrolleamos" la pantalla y muy posiblemente alguna imagen animada o humorística estará debajo, así que reímos sin siquiera enterarnos del nombre de la persona fallecida que hemos sepultado...

Trascendencia

Imagen
Hace algún rato me encontré con uno de mis cuadernos que marcaba las metas fijadas para ser cumplidas el año anterior.  Encontrar algo así puede resultar nostálgico, conmovedor pero también bastante revelador. ¿Quién era yo? ¿Quién soy yo ahora? Si al escribirlo y sin alardear pero siguiendo una lógica temporal era un año menos sabia de lo que soy ahora.  366 días por ser bisiesto menos experimentada en esta empresa de la vida. La carrera más difícil, luchando y ganando 366 días más los transcurridos al día de hoy. Las hojas de este cuaderno aun eran jóvenes, como las metas trazadas en él, pero mis oraciones lo eran aún más. Descubrí un listado fantasioso que se distribuía en tres páginas de tono sepia. Quizás este tono le brinde algo de formalidad, pero pareciera que no funcionó conmigo y guiándome en su portada informal decidí desparramar algunos deseos para los cuales no he trabajado de manera constante ni un sólo día. Esta era yo, hace 366 días y poco más. Fue gracioso, au...

Casi como un prólogo.

Imagen
Mi escritura es descompuesta como muecas demoledoras de sonrisas... Es descompuesta sin pies ni cabeza. Ni una regla gramatical he aplicado estando consciente. Pero así me gusta a mí, porque lo descompuesto lleva mayor composición dentro de lo natural. Porque detesto la falsedad de lo maquiavélicamente ordenado, aniquilador de sentimientos reales. Para orden, el que llevo en los objetos de mi casa y aquel que uso para trabajar y ganar dinero. Me gusta la crudeza y la realidad tanto como lo asquerosamente cursi y repetitivo. Me gusta comparar las sensaciones corporales con elementos globales de la tierra, del universo. Me gusta oler, lamer, tragar, masticar, estrujar, acariciar porque en estos sentidos encuentras más que con la irónica obviedad de la vista y algunas veces el oído salvo que escuche a Mozart o Bach. Disfruto de la realidad ajena para crear mis propias fantasías. Disfruto del café negro, del alcohol ardiente así como del agua para decantar. Me gusta la música clásica más q...

Tu dulce cansancio.

Imagen
 Apurada por plasmar algo que no sé por qué tanto tiempo tardé en encontrar... Parecías no querer dejarme ir tirada por el cansancio de días atrás. ¿Pero qué culpa tenía yo? Si sólo quería guardar... Mi cara sobre tu frente que emanaba calor pero olía a tibio. Las yemas de mis dedos jugando a descubrirte cuando ya han paseado sobre tu piel cientos de veces atrás. Jugando a emocionarme con cada nuevo pero conocido lunar. El lienzo de tu piel que pese a los años no termino de superar. Incluso rectifico hurgando entre mis propios dedos si eres tú o soy yo. Si esa suavidad proviene de ti o de mí, ¿Será mi piel o algún ungüento impregnado en ella? Como aceite de almendras perfectamente dosificado y untado. Pero siempre me hago las mismas absurdas suposiciones convertidas en preguntas. Suele ser inútil, porque sueles ser tú. Es tu piel tan suave como la seda o incluso un poco más. Y es tu aroma ya un perfume combinado de fragancias florales, feromonas y aniversarios que te van perfecto. ...

La búsqueda de un viejo deseo.

Imagen
Me debo a mi misma muchos escritos. Me debo silencios y algunas trasnochadas. Me debo diez mil tazas de café y quizás algún cigarrillo de vez en cuando. Dejé esto por la fuerza y ahora con fuerzas lo busco. Mi querido diario, seguramente estarás por ahí tirado. Mi querido cuaderno confidente de mi primer amor,  sé que tú estás hasta quemado. En cenizas se quedaron todos aquellos sueños. Me imagino alguno que otro borde revoloteando entre el fuego. Imagino mi dolor de haber visto aquello. En cenizas se quedaron todos aquellos sentimientos. Así que por la fuerza te dejé.  Pero con la misma fuerza ahora te busco. Mi silencio es testigo, pero no tan fiable como lo son mis cuadernos en blanco. Esperando ya por años y celosos entre ellos. Pues los miro y de inmediato los tiro a la esquina de la cama. Es demasiado el ruido en mi cabeza. Son voces apiladas y desfiguradas que figuran la batalla. Son todas queriendo ser la primera, pero si una es la primera, la segunda jamás será la seg...