Bomba por la mañana.
Ha pasado mucho tiempo ya y no se me ha dado esto de escribir, pero es para qué quiero escribir si te tengo a ti junto a mí sobre la cama. Si puedo pasar el tiempo deslizando mis dedos sobre tu piel y eso me ocupa bastante. Ya no me apetece escribir tanto como antes, y es que las últimas veces solía hacerlo cuando me encontraba triste. Y antes era un desborde de emociones que parecía no entender, algo que parecía no tener control, y aunque contigo soy de todo menos controlada, todo sentimiento lo plasmo sobre ti, y cada uno tengo el placer de reconocerlo.
Así que hoy, por primera vez en mucho tiempo tengo esta necesidad creciente de escribirte, y esto es porque se nos acaba casi el tiempo cada que estamos juntas. Porque estamos pero todo parece transcurrir tan rápido, y créeme que te extraño.
Han sido días en los que poco nos hemos visto y a veces eso duele, pero cada maldito minuto que me das pareces enloquecerme tanto como el primero. A tu lado la vida es como un sitio maravilloso.
Me has hecho absolutamente feliz como absolutamente triste, y sólo tú.
Me tardé tantos años en encontrarte estando tan cerca que ahora que te tengo no puedo dejarte ir.
Has sido mi delirio, mi error, mi terror y mi adicción, pero también has sido mi dosis perfecta. Has sido mi shot de adrenalina por las mañanas, y has sido mi bendición y perdición. Todo has sido tú y en todos lados estás tú.
Porque vives en mí desde que te conocí. Es fácil decirlo y quizás para muchos sea trillado pero sólo sé que en tu mirada conecto con un mundo en el que sé que debo estar. Y las hojas caen y golpean sutilmente el suelo por el que caminas.
El sol te regala su rayo más delicado y el más dulce, el que ha extraído el desenlace de la noche y capta la bomba de luz de la mañana.
De pronto te acercas y juro que eres como una emotiva canción, de esas que atrapan y se convierten en la favorita antes de que termine la primera estrofa.
Comentarios
Publicar un comentario