Triste episodio de amor.

Debo confesar que aunque tenebroso, encontré algo liberador en aquel episodio.. En el que, sin planearlo, incluso sin intervenir.. Él había desaparecido.. Como si éste hubiera sido un premio a mi perseverancia.

Entonces yo, mientras intentaba ayudarle a reconstruir las pistas para encontrarlo, en mi deseo real, hipócrita y pretencioso añoraba que jamás se reunieran nuevamente.

Sin gota de culpa me atrevía a consolarte fríamente, a encontrar todo aquello positivo que estaba esperándote tras su partida.

Me atreví así a seducirle; entre sus viejas sábanas, sobre las fotos de todos aquellos recuerdos de familia casi perfecta; me fui sobre ti, y comencé a revolver todo aquello, a quitarte de las manos la camisa que sostenías atada a su memoria.. Te arrebaté todo tan sutilmente que iba pasando desapercibido.

A mi punto de vista, no existía ninguna razón para estar de luto; para mí significaba todo lo contrario.. Para mí era todo un nuevo comienzo; de hecho llegó a sentirse como si le estuviera haciendo un favor, cómo si él siempre hubiera sabido que yo era la persona más indicada para cuidarle y consolarle.



Mi deseo era tan secreto y tan oscuro que muchas veces costaba apartarlo de aquella mirada sin disimulo al triunfo.

Le veía llegar tan perfecta a mis sentidos, como si mis dedos acoplaran perfecto a cada centímetro de su rostro, y de todo su cuerpo. A ti....  Te veía llegar tan feliz y natural, como si siempre hubiéramos sido nosotros!!

Veía fragmentos de tu ahora expresivo rostro a lo lejos, entre las rendijas que dejaba aquella ventana de madera, con todo aquel rojizo atardecer que te adornaba y molestaba; mientras yo seguía fingiendo, desde adentro, para no ser descubierto.

Ante la latente amenaza de mi mirada que tanto cuestionaba.. Y esa frialdad que me invadía ante los objetos de su vida pasada..

Dicen que el  mentiroso no puede vivir feliz, pues diré todo lo contrario.. Porque si el infierno está aquí en la tierra, yo he sabido escaparme bien de él.

Porque su muerte ha sido nuestro cielo.

Y hasta el final de nuestros días seguiré ocultando aquella oscura verdad, a mi nunca me dolió su dolor.. Porque vivía de él.. Porque ese dolor alimentó nuestro amor.

Todo ha sido perfecto hasta aquel momento.. En que abrí los ojos.. En que no te tuve al lado, ni siquiera en fantasía,  mucho menos en algún recuerdo.. Jamás te tuve antes porque nunca has sido real, porque todo esto ha sido tan sólo un sueño.





Comentarios

Entradas populares de este blog

No poema al amor.

Enredos nocturnos.