Fragmento antes de la muerte número incierto.

Me parece que la vida se termina. Se termina lento y se termina rápido. Se termina cada día. Se lleva con ello lo mejor que fue o lo mejor que pudo ser. Triste si te quedas con lo peor que fue y con lo peor que pudo ser. La vida es breve y fantasmal. La vida se va y pareciera que no te das cuenta. La vida se va y pareciera que no te das cuenta. No sólo la tuya, sino la de los que más quieres. No sólo la de los que más quieres, sino también la tuya.

Ese regalo que ha sido hoy no volverá a ser y parece que no lo estamos viendo. La vida, el encanto, la creatividad, la espontaneidad, la gracia, la dicha que acabas dejar correr en estas primeras 14 horas del día no podrás recuperarla jamás.

Ese jardín que no plantaste o el que tuviste pero no procuraste. Ese jardín que hasta ahora sigue quedando solamente en tu imaginación algún día se esfumará, se sustituirá por alguna otra cosa nueva que jamás hayas tenido ni construido. Todo resumido a sueños rotos convertidos a frustraciones negadas y silenciadas. 

La vida se va y suena tan ácido pero da una oportunidad tan dulce. La vida no espera, no te espera a ti ni espera a nadie más. 

Hoy se va. Con diez probables restantes horas que pudieran ser fascinantes o pudieran ser agonizantes.

La vida puede irse de a poco y darte tormento, o puede irse de a mucho y tirarte a un abismal precipicio.

Pero la vida también puede estar ahí en tu siguiente parpadeo, incluso a la mañana siguiente, y aunque sea algo que "das por hecho", te aseguro que jamás es seguro. La vida la tienes hoy, no importa cómo pero la tienes. Es incierto si te esperará un par de horas más. Apúrate un poco a tomar la decisión de vivir y ya no la dejes escapar.

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