Deseo culposo.

Me quiero esconder de ti pero no puedo. Por más que he intentado correr a lo largo de estos años, siempre terminas encontrándome. Siento como si me estuvieras viendo asomada detrás de una puerta, como un rostro borroso que se intenta colar a lo todo o nada que he construido. Pero lo que sea, ha sido desde que me aparté de ti.

Es doloroso cuando vuelves. Si por mi fuera, te enterraría para siempre. Pero ¿qué era aquello entonces?

Cansada de tantas versiones y tantos universos. 

Pareciera que nunca podré irme. Que siempre has de alcanzarme. Parece que no te gusta dejarme en paz.

Pareciera que me quieres recordar de lo que soy capaz. Lo que he hecho ya, y lo que podría hacer contigo.

La vida se ha tornado difícil desde que supuestamente te dejé pero al fin logré encajar. Quizás no con mi mejor cara, pero si la más normal.

Tal vez sólo tú sepas lo que deseaba ser normal.

Mi vida se acabó el día que te dejé. Sólo Dios sabe con cuanto dolor lo hice. Pero una nueva vida inició con ello. 

Aquellos días han terminado, y entre cosas tristes y maravillosas lo mejor es que no vuelvas. A veces quisiera regresar por todos aquello sueños que me forcé a olvidar. Quisiera regresar para verte a los ojos y decirte que no estabas tan mal. Hay un montón de cosas que muero por aclarar. Pero ya no más. El tiempo ha dejado todo atrás.

Algunas veces te apareces como lo dije, detrás de una puerta, pero otras tantas en medio de un malgastado remolino.


Recuerdo que mi alma, literalmente, se aplastó mientras conversaba con alguien que esperaba fuera Dios. Nada ha sido fácil. 

Es como haber logrado huir de un tétrico lugar, pero cientos de kilómetros distante recuerdas que has olvidado algo ahí, y sientes que vale la pena y el riesgo regresar por ello.

Entonces suspiras y te lo preguntas una y otra vez... Una y otra vez. Y otra vez. Mi decisión fue ver hacia el frente y justificar que no debía regresar. Pero conforme pasan los años me lo vuelvo a preguntar. Entonces, ¿Qué tan acertada ha sido esta decisión?


Algunas veces tengo el deseo culposo de encontrarte. 


Un pasado un tanto difícil de escribir. Y entre tantas palabras ya no encuentro las indicadas para expulsar ese amargo dolor.




Comentarios

Entradas populares de este blog

No poema al amor.

Enredos nocturnos.