Etapas. Número 1.

Tengo 33 y apenas me voy dando cuenta de que no importa mucho quienes llegan a tu vida, sino de lo que realmente uno se conoce y cómo se siente consigo mismo.

Va más de las decisiones y de entender que hay detrás de cada una de ellas, de ver nuestros errores e intentar no repetirlos. Se trata de aprender.

Pensaba desde hace algunos días algo que no me puedo sacar de la cabeza.


Recuerdo cuando aquella etapa de adolescente tardía en la que apareció alguien que se convirtió rapidamente en mi primer amor. Durante mucho tiempo evadí esa etapa por guardar un cierto rencor bastante absurdo porque ahora no le culpo.

Ahora entiendo que estábamos aprendiendo...

Así que desde ese día le recuerdo con cariño, con un cariño mágico y me siento tan segura de mí que no me aterra pensar en ello.

Volviendo, cuando era adolescente, ya en la etapa tardía de los 18 o 19 me enamoré brutalmente y no hay otra manera de describirlo puesto que era mi primer amor verdadero. Pasaron cosas que no me he atrevido a hablar con alguien. Y es que si lo escribo ahora es porque sólo intento que si alguien pasa por algo parecido no sienta que las cosas estarán mal por siempre, y que quizá mi historia que sentí tan única y lo es porque es mía, pero la sentí como hasta increíble y realmente es algo por lo que muchos pasamos... Por otra parte, si ella algún día lo leyera, espero pueda entender lo mucho que puede impactar su vida sobre la de alguien más.


Recuerdo que ella me parecía una chica retraida, era como mi polo opuesto en aquel tiempo, pues yo aunque no era un ser super social, creo que mantenía una sonrisa prolongada y actitud bastante relajada, regularmente salía por las noches, en ese tiempo comenzaba a hacer nuevos amigos de nuevos entornos.

Y estudiábamos en la misma escuela y en el mismo salón de clases. Muchas veces la veía pasar al salón mientras yo aún permanecía sentada al filo de la escalera y recuerdo que veía con atención una mochila azul de MTV algo desgastada que llevaba sobre sus hombros, llamaba mucho mi atención porque estaba desnivelada, también veía sus jeans semirotos como se usaban en aquel tiempo, unos tennis creo que rosas y una blusita blanca bastante asiluetada que contrastaba mucho con su tes morena clara. Recuerdo que esa blusa de manga corta tenía en la parte de arriba una especie de encaje, no lo era, pero así se veía, y bueno, llevaba el cabello largo y ondulado, sin nigún diseño de corte en específico, más que un apartado en la parte media, color café. Entonces caminaba hacia el salón con un paso singular, no levanataba mucho los pies al caminar y miraba hacia el suelo. 


Recuerdo que pensé que no entendía por qué miraba hacia el suelo teniendo unos ojos grandes, una mirada tan expresiva y tan bonita.

Creo que esa fue la primera vez que la vi... Que la vi de verdad, y cada que lo pienso es inevitable pausar. 


Entonces la miré por un par de días más aunque solo antes de ingresar al salón porque ya dentro de él, ella se sentaba en una de las esquinas traseras y en bastante silencio, yo era bastante parlanchina y colorida en aquel entonces.


Honestamente nunca pensé que nuestros caminos se acercarían un poco más, ni siquiera que se cruzarían. Recuerdo que por aquellos años yo tenía novio, sí, novio. Creo que pasaba por una etapa experimental en aquel momento, pero de tanto experimento... Bueno, yo tenía novio, recuerdo claramente que tenía algunas amigas lesbianas pero no sentía que yo lo fuera.


Ella me causaba intriga y quizá algo de ternura, o no sé. Pensaba que quizá no la pasaba muy bien porque dentro de mi ignorancia adolescente, todos tenían que ser como yo para validar que estaban satisfechos con sus vidas.

Yo yo, bueno, tuve algunas "amistades" o mejor dicho, me juntaba con un grupo de chicas mientras el grupo estaba dividido y la pasaba bien con ellas. Como dije, era una etapa experimental en la que apenas te descubres y buscas pertencer.

Sentía que pertenecía... Hasta que un día ya no.

Entonces fue ahi, cuando casualmente para una formación de equipos coincidimos. Éramos un grupo de alrededor de 8 chicas, ella estaba ahí, pero seguía siendo aparentemente invisible para mí, así como yo para ella.

Con el tiempo, la convivencia fue más cercana entre todas, como un grupo y para ser sincera ella no era de mis favoritas, muy apenas la veía, y sí, quizá como "la rara", sin embargo, tampoco tenía nada en su contra, me parecía bastante amable y buena. Y recuerdo también, que seguía teniendo novio y a la par conocía algunos chicos más en el camino. Pero había una de esas chicas que sí era de mis favoritas, le tenía bastante afecto y ya me había enterado de que era lesbiana, y para mi sorpresa era la novia de quien pasivamente robaba mi atención de vez en cuando.


Una noche, este grupo de chicas y yo decidimos reunirnos en casa de una de ellas. Teníamos mucho alcohol y la reunión iba bastante divertida. Confieso que casi termino con una especie de postre a base de nieve con galletas de chocolate que se encontraba en el congelador. Fue realmente divertido.


Tomamos mucho, al punto en que una de ellas durmió y yo sólo la observé. Ella dormía ahora sobre un escalón con las piernas estiradas y la espalda recargada sobre la pared, y fue ahí cuando la vi tan frágil que por instinto quise cuidarla, pues su novia ya había dormido en el interior de la casa. Me quedé ahí con la intención de estar al pendiente y no fuera a caer hacia un lado. Entonces choqué mi hombro contra el de ella pero después me cansé y cuando me acomodé la vi. Vi su cara, Vi su rostro más cerca de lo que nunca antes lo había hecho.

Me centré en sus labios ligeramente carnosos y rosados. Vi el contorno de su rostro que era muy delgado y como se marcaba la clavícula sobre su piel.


La tenía a un ángulo de 45° y había ese entorno sospechoso y cálido a la vez provocado por el efecto de la luz mercurial intentando llegar a cada rincón... Y ya no quise pensar más, sólo la besé. La besé para no volver a hacerlo jamás. La besé en secreto, La besé porque me justificaba el alcohol. La besé porque ella nunca se iba a enterar. Y de pronto ella se movió, se movió tan sólo un poco, gesticuló y frunció sus cejas y nariz, como si algún mosquito merodeara cerca de ella. Me alejé. Me puse de pie y huí rápidamente al interior de la casa.


No recuerdo bien si ella durmió el resto de la noche sobre la escalera o no, pero a la mañana siguiente estábamos ahí. Y para nuestra suerte subiríamos en el mismo transporte hasta un punto del camino... Aunque ahora que lo pienso, quizá yo tenía otras opciones que decidí descartar para estar cerca de ella. 


Recuerdo que ella comentó algo en el transporte, como con dudas, y después dijo no recordar lo qué había sucedido la noche anterior. Yo estaba bastante nerviosa.


No quería ser descubierta, ser homosexual no era lo mío, y aunque tuve una etapa alrededor de los 5 años y otra alredeor de los 14 quería pensar que eso ya había quedado atrás, además ella era como lo más contrario a mí así que jugé a querer creerme que había sido admiración por su cuerpo y personalidad, tal vez, todo absolutamente distante de lo mío.


No pasó mucho tiempo, un par de horas cuando ya estaba cada quien en su casa que recibí un mensaje en el que decía que ya lo había recordado. Y me helé.

Marqué a su casa para platicar de ello y estuvimos dando vueltas al asunto. Vueltas que se prolongaron años... Pero más tarde hablaré de ello.

Platicamos y ya ni siquiera recuerdo que acordamos, porque nunca hicimos caso a nuestros acuerdos. Lo que si es un hecho es que después de aquel suceso yo no dejaba de pensarle pero no se lo decía tanto. Lo quise ver como algo aislado, como esas cosas bobas que haces cuando estás borracho. Creo que ella estaba más pensativa que yo en quellos tiempos, y cómo no iba a estarlo, si su personalidad no era tan impulsiva como la mía.

Pasaron semanas creo y era nuestro secreto y también creo que ninguna pensaba en repetirlo, hasta que un día este grupo de chicas decidimos buscar empleo durante las vacaciones, si mal no recuerdo. Y quedamos en vernos en algún lugar para partir de ahí. Para mi sorpresa sólo ella y yo acudimos.

Y bueno, era un día soleado y pasamos calor, nos subimos a varios medios de transporte y fuimos a algunas empresas y claro que ninguno de esos empleos nos agradaron, y creo que para mí ya se estaba convirtiendo más como en una especie de cita improvisada, veía su sonrisa con más detalle ahora y la conocía en el día, a solas. Valía mucho para mí. Atardeció y comenzó a llover, y a llover mucho. Llegamos a mi casa y se la presenté a mis papás y le sugerí que se quedara conmigo, quería platicar con ella. Quería conocerla más.


Estaba muy nerviosa porque por una parte ansiaba que sus papás le otorgaran permiso rapidamente y por otra era difícil estar con la única chica que había besado y que ni siquiera sabía por qué. Pero lo quería, mayormente lo quería. Ella tampoco estaba segura de quedarse, sus motivos tendría, aparte de que ella si tenía una novia. Pero al final accedió.


Se quedó y platicamos hasta muy noche, mi habitación era bastante pequeña pero ahi estábamos las dos. Recuerdo que tenía una especie de litera pero nos acostamos al lado de la otra y en algún punto nos tomamos de la mano y en algún otro punto nos besamos... Y para mí fue... Casi cósmico. En algún otro punto se quitó la ropa, quitó la mía y se montó sobre mí. Se frotó, me besó mientras lo hacía y terminó. Pude sentir como terminaba sobre y casi dentro de mí... En medio de la madrugada me cautivaba toda aquella escena y la sensación de cada uno de sus besos... Sonreía lindo, era una sonrisa entre irónica, desnuda y libre que se veía asombosamente sexy entre la oscuridad y la luz asomada por la ventana.

Fué la cosa más bonita e idiotizante que pudo pasarme a aquella edad. Teníamos 18 y ese fue el inicio de muchas cosas que estarían por venir.

A partir de este momento, la historia rompe con todo orden, y la secuencia puede no ser tan acertada, pero es que estaba en un estado de trance durante todos aquellos años...

Después de ese momento y haber estado conmigo lloró mucho porque ser infiel no era lo suyo y ella tenía una novia con la que tenía algunos años ya, y su pensamiento medianamente conservador la llevaban a odiarse por haberlo hecho y a querer alejarse de mí y reforzar su relación. Y tal vez por algún tiempo logró reforzar su relación, pero no alejarse de mí. 

Y es que pasábamos momentos tan únicos, recuerdo que con ella subía a una estación de metro y la acompañaba hasta un punto siguiente porque ahí estaría su novia esperándola. Recuerdo también que comenzamos a ser "grandes amigas" pero era a escondidas, así que creo que era más bien una especie de amante y hasta ahora puedo notarlo, sí, 15 años después.

Iba a todas sus reuniones familiares, la acompañaba a cualquier lado y gastaba mis becas en cosas que podrían complacerla, claro que hablamos de 15 años antes en los que no tenía ningún ingreso formal. Cuando me gradué de la universidad y hubo toma de protesta, decidí no ir por quedarme minutos más a su lado porque el tiempo siempre era sorpresivo.


Estar con ella siempre era sorpresivo. No sabías cuánto tiempo iba a durar ni cómo iba a ser. Había un miedo latente en que un día, como muchos lo hizo, me dijera que ya no podía verme más y en todo momento había un riesgo inminente de que mi corazón fuera destrozado.

Me enamoré y mucho de ella y a veces pienso que ella también de mí.


Pero jugamos demasiado a ignorar ese sentimiento y a acostumbrarnos a ser la otra. Normalizamos decirnos "amigas" cuando no lo éramos. Y la disfracé como una atracción mayormente sexual cuando no lo era. Durante años nos vimos y durante años, hubo pocas veces en las que no tuvimos sexo. Siempre pienso que yo lo que quería realmente era no perderme ni un segundo de ella. No hubo una vez que tuviera sexo con ella y que no lo hiciera por amor.

La amé todas las veces... Hasta las que ella no imagina.

Pasaron años en los que fui como "la otra", años que estuvo en una relación, y después que dejó de estarlo verdaderamente lo intenté pero era muy joven, inmadura e inexperta.

Y yo bueno, tuve muchas relaciones efímeras en donde la buscaba, cada una terminó porque descubrían que yo la amaba...

Y después estuvo en otra relación, cuando inició, yo sabía ya que la había perdido porque seguramente sería una relación larga, muy a su estilo. Porque la mía que era la relación más larga, oficialmente había sido la más secreta y corta. Como si yo avergonzara y eso me taladró por muchos años. A la par, yo conocí a una chica muy linda a la cual quise mucho y detallaré después y también amé aunque de forma diferente. Y cada una tuvo relaciones largas pero cada ciertos años volvíamos a vernos.


Cda ciertos años era como si nada hubiera pasado, al menos para mí. Para mí era la misma chica que conocí, con la que fue mi primera vez y a la que amaba tanto, cada que la veía me sentía demasiado segura. Pero a su vez, fui demasiado cobarde para admitirlo. Para terminar mi relación e intentarlo con ella de verdad, o sufrirla como necesitaba hacerlo.


Yo podía sentir que algo vibraba muy fuerte dentro de ella mientras estaba conmigo, pero tampoco tenía el amor propio suficiente creérmela. Simplemente no creía que podría ser corrrespondida por ella algún día.


Cuando yo estaba en una relación, mi ex novia siempre decía que ella había sido y seguía siendo mi nemésis. Creo que todos sabían que yo la amaba y yo cobardemente lo negaba.


Primero por miedo y después por orgullo. 


Yo sabía que ella se encontraba en una relación también y no quería dar la apariencia de que ella si estaba completa y feliz y yo no lo estaba. No quería sentir que yo había perdido y que yo había estado con alguien sólo como consuelo porque además eso era verdaderamente cruel para mi ex novia. Aunque ahora pienso que yo creo que ella no era suficientemente feliz ni satisfecha tampoco, de lo contrario, no habría pasado nuevamente nada entre nosotras.


La busqué en cada parte de mi... Hubo un tiempo en el que ni siquiera podía tener intimidad porque todo me recordaba a ella y lo sufrí mucho. Y hubo otro tiempo en el que cuando ella estaba en esa segunda relación y yo en la mía pero nos veíamos... Sólo quería dejar de vivir, sólo quería dejar de vivir porque era demasiado pesado para mí. Ya no estaba siendo feliz.


Tenía un amor excesivo por ella, pero mi amor propio estaba muy empobrecido. 

Tenía también cientos de escritos en el que declaraba mi amor por ella, canciones, lugares, todo me hacía pensarla.


Se convirtió en esa persona por la cual te pregunta cómo está y te cuesta responderlo con discresión. Yo la amaba mucho y adoraba mucho. Y pensaba que no era nuestro momento pero creo que más que el momento, nunca tuvimos algo, en mi caso fue la cobardía, en el de ella no sé siquiera si creer que no me quería tanto como yo a ella o sólo lo decía para despistar y sentirse menos mal porque tenía una relación. Pero no entiendo por qué me besaba o por qué accedía a dormir conmigo... ¿Se habrá sentido presionada? ¿Lo habrá hecho por lástima? ¿No sabía lo que quería? ¿Me amaba como yo a ella? No sé, realmente no lo sé. Y ya no es cuestión de sentirme enjaulda entre tantas preguntas. No me duele, ya no duele.

Pero cuando recién me dijo por última vez que no podíamos volver a vernos, ahí sí realmente me dolió. Y supe que sería un hasta luego por mucho tiempo, lo más parecido al adiós.

13 años después me dió esa despedida y después de hacerlo recuerdo que por distracción choqué levemente mi auto.

Al día siguiente, mi ex novia debió verme realmente afectada porque me invitó a salir, me invitó a algún lugar y después a un café, en el que hablamos sobre eso. Claro está, que sin detalles pero agradezco enormemente que me hizo sentir mejor. Mi ex novia fue un ángel y algunas veces me siento tan libre de que no esté conmigo porque creo que yo la lastimaba mucho, la alstimaba porque yo realmente no había superado a aquella chica. Fue hasta esa noche que me esforcé realmente en superar todo lo que había pasado.

En entender que ella y yo no. Y que si había una próxima vez tendría que ser más valiente y tendría que amarme a mi misma primeramente.


Fueron muchas noches de ansiedad y angustia pero no era nada nuevo. Y pasé de amarla a odiarla porque sentía que me había arruinado la vida. Después entendí que no. Que la vida es mía y todo son solo consecuencias de mis propios actos. Comencé a ver que hay problemas más tristes y más difíciles que perder a alguien que amas por su propia voluntad.

Me di cuenta de que quien yo creía que era el amor de mi vida realmente no lo era y que ese concepto no se le puede estar dando a cualquiera. Admití haber sido cobarde, no haberme querido lo suficiente y haberme equivocado.

Trabajé gradualmente en mí. En reconstruirme con muchos curitas en el alma, a retarme. A ya no darlo todo por alguien, sino comenzar por darme todo a mí. A prestarme atención, a valorarme y a superar las adversidades con valentía.

Entendí que la vida está compuesta por etapas y agradezco por la vida de esta chica que formó parte de una de las etapas más importantes de mi vida. Que me hizo darme cuenta de esto y que mee sigue dando lecciones aún en su ausencia después de 15 años.

Agradezco, de cierta forma, haberme equivocado tanto con ella, porque ahora sé que hay cosas que no vovlvería a ignorar o dejar pasar de largo o que dejaría atrás como lo hice durante tanto tiempo.

Ahora me encuentro feliz. Estoy orgullosa de quien soy y de lo que he logrado, estoy orgullosa de tener la fina habilidad de desmenuzar práctica y objetivamente mis errores después de cometerlos para no repetirlos. Me convertí en una aficionada del análisis y eso me ha traído grandes cambios en mi vida.

Me convertí en una persona ordenada y ligeramente escrupulosa cuando se trata de lo que acepto y lo que en mi vida.

Aunque dolió mucho, tuve la valentía de terminar mi ex relación porque conocí a alguien que me conquistó y ya no quise hacerlo más. Ya no quise fallarle más. Me di cuenta también de que teníamos metas diferentes y que habíamos evolucionado, afortunadamente, pero esto nos había llevado a ya no vibrar en la misma sintonía, y entendí que no por esto se acababa el mundo. Y creo que mi ex pareja después de tiempo ahora lo ve así. Me liberé. 

Me liberé y decidí conocer a la nueva persona, que aunque fue precipitado, fue como un balde de libertad porque pude experimentar con ella todo eso que me gustaba o quería pero no me atrevía.

Y aunque la amo mucho de todas las formas posibles, porque es el conjunto de todo lo que no pensé que existía y me di cuenta que sí. No hay un sólo día en que dudemos y me ha ayudado a encontrar la pieza clave que me llevó a buscar y encontrar lo que me hace feliz. Y es un apoyo insuperable. Y hasta el día de hoy giramos igual.

Con ella me siento en casa... Es una mujer maravillosa que me demuestra su amor todos los días y yo a ella porque no quiero perderla. No quiero volver a cometer todos aquellos errores.

Por eso quise conocerla a ella, sólo a ella. Hacemos un equipo increíble porque ella especial y yo también lo soy, y me deja invadir su departamento con mis cosas y me mira con todo el amor del mundo y para mí es la mujer más guapa y hermosa desde el día en que la conocí. Esta vez no quise dejarlo pasar. 


Me enamoré desde que la vi por primera vez, y no hay un sólo día que no lo piense ni lo sienta de la misma manera o más fuerte, o que la vea sin emoción. Y aunque me siento segura de querer el resto de las etapas a su lado también sé que las cosas pueden cambiar y si ella decidiera no estar conmigo lo aceptaría y yo si algún día no quisiera se lo diría... Porque lo merece, no merece que le oculte nada, como no lo merecía mi ex novia.

Y por otra parte, nunca había sido tan feliz conmigo. Nunca había mejorado tantos hábitos, ni logrado tantas cosas en mi vida como hasta ahora, y confío en que no pemritiré que nada me detenga.

Porque tanto tiempo estuve distraída esperando encajar en aquellas vidas y en todos esos sentimientos por un amor cuestionablemente correspondido e intentado satisfacer a mi ex pareja durante tantos años que no me había visto frente a un espejo. Pero estoy segura de que ellas no tienen la culpa. 

Y como decía, ahora recuerdo con cariño todas esas etapas que me trajeron a donde estoy. A ser la mujer que soy el día de hoy. Porque nunca me había visto con tanta luz y tan bonita como ahora.


Ni había sido tan capaz ni había estado tan orgullosa de mí.


Así que, todo pasa... La vida está compuesta por etapas y esta fue la de mi primer amor, y sólo un extracto de lo que pasó después. Este extracto es sólo para recordar que la vida es una escuela interminable en la que todos los días podemos, solo es cuestión de decidir si queremos aprender o no.

Porque se vale que cometas los mismos errores más de una vez, pero no se vale que cuando encuentres el patrón, la causa o el impacto que puedes tener en la vida de otros lo sigas ignorando.

También esto lo escribo porque no siempre somos los buenos o los malos, sólo somos seres transicionales... Algunas veces fuiste de los buenos y otra de los malos sin siquiera darte cuenta, así es la vida.


Sólo quiero que sepas que estoy bien ahora. Que ya no soy la mujer que conociste, y estoy segura de que tampoco lo eres. Porque sería muy triste que tuviéramos una vida sin evolución.


Ámate mucho y cuidate siempre.



Comentarios

Entradas populares de este blog

No poema al amor.

Enredos nocturnos.